Se supone que aunque fuera una fiesta de máscaras tendría que conocer a todo el mundo y así fue. Al conocerlos de toda la vida supe inmediatamente quien era cada uno de ellos. Sobretodo amigos y algún que otro conocido al que pude ver un par de veces en otras ocasiones. La anfitriona, mi mejor amiga. había estado planeando este acontecimiento dos meses para que todo saliera a la perfección, y así fue. La gente bailaba, reía, no faltaba ni comida ni alcohol, cigarrillos de sabores fumaba la gente y hasta una bola de discoteca girba al compás de la música en medio de la pista. Mientras dava una última calada a mi cigarrillo mis ojos se detuvieron en un singular personaje. Una máscara negra cubría mitad superior de su cara dejando al descubierto unos ojos azules dificiles de no ver. No le reconocía, pregunté a la gente pero no pudieron darme ninguna respuesta nadie savía quien era y entonces decidí yo misma saver quien era ese desconocido. Cuanto más me acercaba, más grandes se hacían sus ojos y al quedarme frente a él me dedicó una sonrisa que no hay palabras para describirla. Mil preguntas se me pasaban por la mente pero cuando me dispuse a abrir la boca él fue mas rápido: ¿Quieres bailar?. No tuve ni que pensarlo, cogió mi mano y me llevó hasta el centro de la pista. Como suele pasar en las películas, nada mas salir la música cambió de una canción marchosa a una típica balada de un grupo británico a lo baile de fin de curso. No dijimos nada durante toda la noche, únicamente nos mirábamos el uno al otro, bailábamos, y solo me hacía desviar la mirada cuando me sonreía.
Una campana a las 24:00 nos izo a los dos salir de aquel sueño, se separo de mí: Tengo que irme. Me quedé allí perpleja, el corazón me latía como nunca, volví a mirarlo y fui en su busca. Logré alcanzarlo y con un nudo en la garganta le dije:
-¿Volveré a verte?
-Seguramente
-Pero..¿Quién eres?
-¿Qué seria de esta vida sin un poco de misterio?